Conclusión

El machismo solo sirve para la involución del hombre ya que con esas actitudes y acciones no se llega nada, solamente se llega a la violencia una y otra vez.
Se debería cambiar muchas cosas en la sociedad , en las mujeres sobre todo también hay machismo ya que como están acostumbradas a tener cierto rol les parece ¨normal¨ y ¨correcto¨ que se ocupen de atender la casa , los hijos y su marido sin preocuparse en ella misma y desvalorizando sus deseos o sueños que quiere cumplir.Mientras tanto , el hombre sale a trabajar y cuando llega quiere tener la cena lista y lo único importante cuando llega son sus cosas, o sea que la mujer pasa a segundo plano.

Fundamentos de porque se rechaza al machismo

Ya que ser mujer no te impide hacer ciertas actividades ni te hace peor o mejor, ambos sexos tienen la misma capacidad para realizar lo que se les proponga sin sufrir maltrato ni subestimar al otro.
Ser feminista no significa estar en contra del hombre, significa estar en contra de la desigualdad y violencia de genero física, económica y emocional. 

Para mi el machismo genera conflictos entre la mujer y el hombre donde el hombre se ve obligado a actuar de tal manera para mantener vigente su machismo.

Expresiones o conductas usuales en un machista

1. ‘Sin él no puedo vivir’

En ocasiones el enamoramiento produce tal decepción y tal unión con otra persona que se cree que la vida no podrá ser igual sin la expareja. Sin embargo, se debe tener en cuenta que la vida y la felicidad nunca debe depender de nadie más sino de sí mismo por eso hay que asumir los cambios y transformaciones.

2. ‘¿Cómo quiere que la respeten si se viste así?’

La agresión entre mujeres puede llegar al punto de que se juzgue a otras personas por su forma de ser y hasta de vestir. Algunos calificativos ofensivos se pueden convertir en justificación de las agresiones sexuales por usar minifaldas o escotes u otras prendas.

3. ‘La maternidad es necesaria para la vida de una mujer’

Para algunas mujeres y hombres, la maternidad es un requisito para vivir a plenitud. La decisión de concebir es personal, por lo tanto, quien no se decida por asumir ese rol, no debe ser tomada como incompleta.

4. ‘Hay que hacerse desear’

Aquellas mujeres que toman la iniciativa en una relación de pareja pagan la cuenta o tienen relaciones sexuales en la primera cita, muchas veces también son criticadas y menospreciadas.

5. ‘Seguro tuvo algo con su jefe para ascender’

Ocupar cargos altos en una empresa o ascender rápidamente significa para algunos hacerlo por otros medios que no sean sus propios méritos, actitudes e inteligencia. Es una expresión de rechazo contra el género femenino, pues se tiene en cuenta que ellas no pueden tener la misma vida laboral que tiene un hombre.

6. ‘Se viste como hombre’

El concepto de belleza propicia que muchas mujeres sean tildadas de ‘lesbianas’ o ‘poco femeninas’ por el atuendo que llevan. Sin embargo, la vestimenta no condiciona la sexualidad.

7. ‘Le hace falta un hombre’

Luego de unos años de soltería o debido a ciertas actitudes, se cree que a una mujer la ‘dejó el tren’ o que simplemente ya es hora de que tenga un hombre a su lado, pues de lo contrario no podrá ser feliz.

8. ‘Hay que saber atenderlos’

Es una idea cultural que la mujer deba brindarle todo el servicio y atención que requiera el hombre, ya sea su pareja o parte de su familia.

9. ’Se va a casar y no sabe cocinar’

Desempañarse como ama de casa no es el único rol que una mujer pueda realizar cuando se case. Tener habilidades domésticas puede funcionar tanto para ellos como para ellas. Calificar a una buena esposa por dichas cualidades quedó atrás.

10. ‘Sin maquillaje es fea’

El concepto de belleza es relativo, por lo tanto no se puede limitar a una sola concepción o el uso de ciertos productos.

11. ’Es una robanovios’

Un sinnúmero de calificativos son nombrados para ese tipo de situaciones. Pero ninguna persona es propiedad de otra y cada quien es libre de tomar sus propias decisiones. Además, ningún hombre es un objeto para que una mujer lo haya robado.

Frida kahlo: Gran luchadora

Magdalena Carmen Frida Kahlo Calderón nació en 1907 en Coyoacán, al sur de la Ciudad de México. Era la tercera hija (y la preferida) de Guillermo Kahlo, fotógrafo judío alemán, y de la mexicana Matilde Calderón González.

A los 15 años fue admitida en la Escuela Nacional Preparatoria de México, la más prestigiosa institución educativa del país en la enseñanza del dibujo y del modelado,

que justo entonces se abría al alumnado femenino.

A la temprana edad de 18 años, Frida sufrió un trágico accidente que la obligó a permanecer en cama mucho tiempo. Fue entonces cuando empezó a pintar.

En aquella época fue presentada en los ambientes intelectuales de México, donde conoció al pintor Diego Rivera, con quien se casó en 1929. Debido a la fama del artista en Estados Unidos, la pareja vivió en Nueva York y en Detroit entre 1931 y 1934.

Como consecuencia del accidente, Frida no pudo concretar su deseo de ser madre.

Ese inmenso dolor quedó plasmado en uno de los temas fundamentales de su obra, los autorretratos, algunos de gran crudeza, como “La columna rota”.

Su vida fue una continua lucha. Primero contra el machismo reinante en la

sociedad mexicana, que casi le prohibía estudiar en la escuela y que luego le dificultó su triunfo como artista. También se enfrentó con la política exterior de Estados Unidos y luchó por la revolución mexicana: además de apoyar la lucha de Trotski y del marxismo en general, hacía gala de su mexicanidad.

Machismo

Machismo es una forma de sexismo en la que se discrimina y menosprecia a la mujer considerándola inferior al hombre. El machismo está fundado en ideas preconcebidas y estereotipos, fuertemente influenciados por el entorno social. La mentalidad de que la mujer debe tener una actitud de sumisión hacia el hombre se manifiesta de diferentes maneras, por ejemplo, con actitudes y comportamientos de menosprecio, control. En algunas ocasiones, se manifiesta en agresiones físicas y psicológicas y se conoce como violencia de género.
En sociedades patriarcales, la sociedad se organiza de tal manera que el hombre ejerce su poder sobre la mujer en distintos ámbitos. Sin embargo, en las sociedades que no se consideran patriarcales también existe machismo y en función de la forma en que éste se manifiesta se habla en ocasiones de machismo encubierto.
El feminismo, en contraposición con el machismo, es un movimiento que reivindica el papel de la mujer en la sociedad y que propaga la igualdad de derechos entre la mujer y el hombre. En el feminismo se engloban diversos grupos y asociaciones que pueden centran su labor, por ejemplo, en denunciar desigualdades, reivindicar derechos sociales y promover el acceso de las mujeres a la educación y al mundo laboral.
El machismo se puede manifestar de múltiples formas y en muchos casos está legitimado por el poder. A nivel legislativo, por ejemplo existen leyes en muchos países que expresamente discriminan a la mujer. En concreto, se puede mencionar la diferencia en la condena por adulterio o la negación de ciertos derechos como el voto o las diferencias salariales. En la religión, también se dan casos de machismo en los que la figura de la mujer no puede acceder a ciertos cargos. El machismo, aunque está influido en muchos casos por el entorno social, también se manifiesta a nivel individual en sociedades que, por ejemplo, condenan la violencia doméstica.
En muchos países, las leyes establecen la igualdad de géneros y se castiga cualquier tipo de discriminación, entre otros casos, por motivos de género. Así lo recoge también la Declaración Universal de los Derechos Humanos: 'Toda persona tiene los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de (...) sexo'. Sin embargo, en la actualidad, en especial en el mundo occidental existen situaciones que en ocasiones se califican como 'machistas' y que se manifiestan de una más solapada. En los medios de comunicación y en el mundo de la publicidad, por ejemplo, muchas veces se representa a la figura del hombre y de la mujer en determinados roles y que también transmiten la imagen de lo que de algún modo la sociedad espera de ellos (por ejemplo, el aspecto físico).